La leche materna es lo mejor para todos los bebés. Contiene todos los ingredientes para el comienzo de una vida saludable. No solo aporta nutrientes, sino que además resulta beneficiosa para el crecimiento y el sistema inmunológico de una forma única para cada pareja madre-bebé.
La leche materna cambia constantemente y se adapta a las necesidades del bebé durante el crecimiento. Su contenido varía durante el día y a lo largo de los meses. Desde el principio es perfecta para tu bebé.
Existen 3 etapas principales por las que pasa la leche: calostro, leche de transición y leche madura.
Durante los primeros días después del parto las mujeres producen una leche especial que tiene una apariencia espesa, pegajosa y amarillenta. Se produce solo en muy pequeñas cantidades, pero es perfecta para tu bebé recién nacido.
Esta leche especial se denomina calostro y contiene grandes cantidades de anticuerpos y factores de crecimiento. Potencia el desarrollo del tubo digestivo del bebé y sus agentes antiinfecciosos actúan como una primera inmunización. El calostro tiene un efecto laxante que ayuda al bebé a pasar el meconio (las primeras heces) y ayuda a prevenir la ictericia neonatal eliminando la bilirrubina del intestino.
Durante las siguientes dos semanas la leche aumenta en cantidad y cambia en apariencia y composición. Las inmunoglobulinas y el contenido proteico se reducen, mientras que el contenido en grasa y azúcar aumenta. En este momento, los pechos pueden notarse llenos, duros y pesados. Esta congestión normal de los pechos de la madre, que a veces se conoce como «subida» de la leche, puede aliviarse con tomas frecuentes.
La leche madura es menos espesa y más aguada que la leche de vaca, lo que a veces podría ser confuso.
¿Qué contiene la leche materna?
Al igual que nuestra comida, la leche tiene muchas otras cosas además. Todas las leches de mamíferos tiene estos 3 componentes principales, aunque en diferentes cantidades. Por ejemplo, la leche de ballena tiene un alto contenido en grasa, pero bajo en hidrato de carbono, mientras que la leche de vaca tiene más proteínas y menos hidratos de carbono que la leche materna humana. Esto demuestra que la leche materna está diseñada para bebés humanos, con todos los ingredientes en la cantidad exacta.
Muchos de los componentes de la leche materna poseen un beneficio inmunológico único que ayuda a proteger al bebé recién nacido. Los anticuerpos de la madre pasan al bebé y le proporcionan una protección extra que solo la leche materna puede dar.
En definitiva, la leche materna es el alimento perfecto para tu bebé, le proporciona la cantidad correcta que necesita, justo con los ingredientes correctos, a la temperatura correcta y ofrece una protección adicional que ninguna otra leche puede ofrecer.
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